martes, 18 de agosto de 2015

Verona



Voy a emular a Hermes "el sabio" Antonio: "Italian Nictus Award para Verona". Es la ciudad que más me gustó de las que conocí en Italia.



Tengo que justificar mi premio, así que voy a decir qué cosas me gustaron en comparación con las otras ciudades.


Verona es una ciudad pequeña

Cuando nos salimos de la estación de tren y preguntamos por nuestro hostal, nos dijeron que no sabían bien cómo llegar porque esa zona quedaba al otro lado de la ciudad.

Estaban en lo correcto. Efectivamente había que trasladarse al extremo norte del mapa, así que tomamos un taxi que demoró 10 minutos en dejarnos en la puerta del hostel.

Tal vez sea más grande, pero mi impresión es que Verona es del tamaño de la Municipalidad de Providencia. Me sigue sorprendiendo cómo ciudades tan antiguas mantienen esa calma pueblerina que las capitales sudamericanas desprecian. Pareciera que los habitantes de este tipo de ciudades se preocupan de conservar esta caracteristíca, en en realidad es un valor.

Una ciudad para disfrutarla a pié

Al ser una ciudad pequeña, se puede acceder a su centro histórico caminando. Y si se puede recorrer caminando, entonces ¿para qué permitir autos?



Como toda ciudad bien pensada, el acceso de automóviles en el centro histórico está restringido. Así hay más espacios para pasear y para que restaurantes, bares y cafés ofrezcan sus servicios.

A pié se va más lento, así que se conoce mejor. Se aprecian las estatuas, se puede contemplar la arquitectura y se facilita el encuentro entre las personas.

Una ciudad para moverse en bicicleta

Si ya conociste Verona a pié y necesitas trasladarte, www.bikeverona.it te permite registrarte en línea y obtener un código y contraseña para arrendar bicicletas.

Lo del código es una ventaja importante, ya que otros sistemas requieren descargar aplicaciones móviles o incluso obtener tarjetas plásticas.

Por sólo 2 euros (la tarifa por uso de un día) puedes utilizar las bicicletas. Los 30 primeros minutos no tienen cargo adicional. Esto es más que suficiente porque en 30 minutos recorres la ciudad entera.

Verona es elegante

Será porque justo está entre Milán y Venecia, u otro motivo, que Verona no desentona en cuanto a elegancia y glamour. Sin que sus vitrinas deslumbren como en Milán, se nota el cuidado por la belleza.

Sus calles continuamente tropiezan con plazas y esculturas, como la estatua de Dante. Ésta última, soberbia, me invita a averiguar un poco más de las obras de este autor. Agregado al wish list.

La gente en Verona también es elegante. En Milán ya me sentía pobre, así que en Verona no aguanté más y tuve que ir a la peluquería, Les dejó aquí el dato Joy & Spa, nos atendieron muy bien incluso llegando sin cita.

 

Aquí el antes y el después, posando con las maletas en la estación de trenes.



Verona es mística

El misticismo está dado por la historia de Romeo y Julieta. Se desconoce si la historia es verídica o no. Sí se sabe que las familias Capuleto y Montesco existieron, y que eran contemporáneas entre ellas, pero nada más. La historia comenzó como un cuento italiano, que fue traducido al frances y fue este último texto el que leyó Sir William Shakespeare para inspirarse, agregar más personajes y diálogos, y escribir "The Most Excellent and Lamentable Tragedie of Romeo and Juliet"



Así que es casi obligatorio pasar por el balcón de Julieta, ubicado en una casa que no tenía nada que ver con la familia Capuleto, pero que sirve como epicentro de los turistas fanáticos de este soneto.

Bajo el balcón una dama, la estatua de Julieta, quien recibe miles de cartas cada año de personas que le piden suerte en el amor. Las cartas son abiertas y varias de ellas para llorar, contando sus desventuras y dramas personales.

Personalmente, no me hubiera llamado la atención si no es por la obra de teatro itinerante de www.teatrostabileverona.it. Esta compañía de teatro revive la obra en las calles de Verona. Absolutamente recomendada, ya que además es casi un 2x1: teatro para recordar de qué iba este Romeo y se aprovecha de conocer un poquito de la ciudad.










La imponente Arena de Verona

El Coliseo de Roma es espectacular, pero la Arena de Verona no tiene nada que envidiar.

No tengo claro si la Arena de Verona es más grande o si es más chico que el Coliseo de Roma, pero es imponente y está muy bien integrado en la ciudad.



Además, no quiere ser el Coliseo de gladiadores. La Arena es un recinto vivo para disfrutar espectáculos de, por ejemplo, ópera. Nada más ad hoc. La foto del interior de la Arena fue gentiliza de mi amiga Kata (como agradecimiento puse un placement de Diesel, su sponsor, en las fotos de la ciudad).



A la Arena de Verona se puede acceder, entre otras vías, por un paseo amplio (sin autos obviamente) flanqueado por terrazas de unos 10 restaurantes donde los locales se toman un aperitivo al anochecer mientras la Arena se va iluminando. The good life.



Menos turistas

Verona es una ciudad turística, sin dudas, pero encontramos muchos menos turistas que en Venecia, Cinque Terre y la Costa Amalfitana.

Después de visitar las últimas ciudades mencionadas, una recuerda con agrado aquellas en las que uno no iba chocando ni pidiendo permiso para pasar.

Ojo con el calor

Lamentablemente Verona no tiene playa, el único punto en contra, por lo que el calor es un tema importante al decidir el horario de las visitas.

Para refrescarnos, nosotros ibamos a entrando a tiendas con aire acondicionado, aunque tengo un comentario aparte respecto a esto, o nos tomábamos un helado "ocasional". Cada uno como prefiera. 

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