martes, 6 de octubre de 2015

Senado prohíbe venta de alcohol en bencineras


Seguir las discusiones de las sesiones del Senado y las leyes que se aprueban y rechazan puede ser irritante. En este caso, me refiero al proyecto que apunta a disminuir el consumo de alcohol en la población, adulta y menores de edad.

Este es un tema importante y existe un proyecto de ley muy interesante. Sin embargo, este proyecto está siendo desmenuzado y el resultado no está siendo bueno. 


Primero se aprobó una ley con casi nula incidencia, como la prohibición de publicidad de bebidas en alcohólicas en articulos deportivos exclusivamente destinados a menores, como si existieran muchos (por no decir 'alguno') de estos casos.

Otras veces salen leyes que carecen de consistencia lógica, como la que reviso ahora respecto a la prohibición de vender alcohol en bencineras.

Lo peor de todo, es que en el Senado no son tontos y se dan cuenta de esto, lo cual queda reflejado en las transcripciones de las discusiones, entonces lo que irrita es que lay se haya aprobado igual.

Resumen de la discusión

Discusión completa aquí[+]

Guido Girardi (quien en su cuenta de Twitter postula ser un defensor de las libertades ciudadanas) está muy interesado en disminuir el consumo de alcohol, por eso quiere prohibir la publicidad en el deporte y también prohibir la venta de alcohol en estaciones de servicio.

Respecto a la publicidad, estoy de acuerdo por los motivos que señalé aquí[+], pero el argumento para prohibir la venta de alcohol en bencineras es muy pobre: "sólo se puede llegar manejando (no se puede hacerlo a pie en una carretera), alguien [puede] comprar alcohol y llevárselo en el vehículo."

Lo interesante es que durante la discusión, con buenos comentarios de Ena Von Baer, entre otros, queda en evidencia que la justificación de Girardi es, sencillamente, mala:

  • No sólo hay bencineras en las carreteras, también hay en las zonas urbanas, a las cuales sí se puede llegar a pié.
  • ¿Acaso en los supermercados la gente no llega manejando, compra alcohol y se lo lleva en su vehículo?

Más argumentos en contra de esta ley

Lo que no está presente en la discusión, es quiénes serían los beneficiados si se aplicara la medida. Para esto pongo un ejemplo: Supongamos que juega la selección y una persona quiere ver el partido en su casa tomando cerveza.

Hoy, esa persona podría pasar a cargar combustible y comprar cerveza. En cambio, si se aplica la ley, tendría que pasar a un supermercado o botillería.

En el caso del supermercado, se benefician los dueños del supermercado (que no son muchos), sin considerar el perjuicio en los tiempos de espera del comprador. En el caso de la botillería, gana el dueño del negocio, suponiendo que el comprador no tiene que pagar estacionamientos.

Cualquiera sea la alternativa que elija el comprador, es obvio que se reducen los lugares donde se puede comprar alcohol, disminuyendo la oferta. Esto se puede traducir en un alza de precios del alcohol y/o en un alza en el valor de las patentes para la venta de alcoholes (ganan las municipalidades).

Vale la pena mencionar que, por lo general, la venta de alcohol en bencineras es un negocio del consecionario de la estación de servicio, donde aprovecha de generar ingresos adicionales al margen que la empresa de combustible le establece.

En cualquier caso, el que pierde es el comprador, quien antes tenía una libertad que ahora perdió.

Otro punto que debió ser considerado es la vulnerabilidad de la ley. El consecionario de la bencinera ¿puede entonces poner una botillería al lado de la bencinera y eso sería legal? Nuevamente los aspectos prácticos invitan a rechazar la medida.

Las excepciones consideradas

La discusión después se ensucia con aquellas bencineras que tienen anexas un restaurant, con patente para la venta de alcohol, quienes ahora tienen un beneficio y, al pasar esta ley lo perderían.

Entonces, en vez de descartar una propuesta que claramente es mala, se les ocurre analizarlo como un caso especial. No me referiré a este caso, porque si la propuesta general es mala, obviamente el caso particular también lo será (que finalmente quedó excluído, dejando en evidencia el error conceptual).

Mi impresión es que, al aprobar esta ley, el Senado de Chile se equivoca porque no se está haciendo un buen análisis. Esta ley no está considerando todos los casos y sólo se está pensando en evitar que una persona en la carretera compre alcohol para consumirlo mientras conduce. No se puede legislar pensando en una sola aplicación de la ley.

Disminución del consumo de alcohol

No quiero debatir respecto a si es bueno o no intentar disminuir el consumo de alcohol en Chile, pero dado que hay consenso en el Senado de que eso es bueno, hay otros caminos.

Por ejemplo, hoy ya existen restricciones de horario en la venta de alcohol. Lo bueno es que esa ley aplica para todas las partes interesadas por igual, sin beneficiar a unos sobre otros. Si se busca restringir el consumo, podría ampliarse el horario de restricción.

Otra medida es aumentar los impuestos en las bebidas alcohólicas. Estoy seguro que esta es la medida más efectiva y además ayudaría a mejorar la recaudación fiscal, en dinero que debería invertirse en educación.

Legislar por legislar

Al revisar cómo se ha trabajado en este proyecto, cuestiono la eficiencia del Senado, todas las sesiones en que se ha trabajado en este tema y las malas leyes que están saliendo.

Pareciera que el Senado auto evalúa su desempeño según la cantidad de leyes aprobadas y que se sienten presionados por despacharlas. Sin embargo, para los ciudadanos parece que pierden horas y horas debatiendo, y finalmente salen leyes malas como las mencionadas en los primeros párrafos.

Si esto continúa, vamos a seguir viendo cómo se aprueban un montón de leyes específicas que tipifican cada conducta del ciudadano, en vez de tener normas más generales que permitan la libertado de acción.

Platón, hace más de 2.000 años escribió sobre los gobernantes que se dedican a aprobar leyes, una tras otra, indicando a las personas todo lo que deben hacer y no hacer, con la esperanza de llegar a una fórmula exitosa.

Los compara con personas enfermas que carecen de la disciplina necesaria para renunciar a una forma de actuar que es perjudicial para ellos mismos. Estos enfermos se automedican con más leyes y esperan que cada vez salga una ley que los haga sentir mejor, sin embargo, no los lleva a ninguna parte.

Para el filósofo, el factor fundamental que determina la dirección de una persona en la vida es la educación. Si la educación es buena y forma personas moralmente correctas, no será necesario legislar más de la cuenta ni decirles a estas personas todo lo que deben o no deben hacer. A propósito ¿cómo van las reformas en educación?

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