miércoles, 16 de septiembre de 2015

Palermo, Sicilia



La isla de Sicilia tiene más años de historia que la misma Roma. Dicen que hay más templos griegos en Sicilia de los que quedan en pié en toda Grecia, y mejor conservados.



Por su posición geográfica, ha sido un punto estratégico desde los fenicios hasta la Segunda Guerra Mundial, pasando por todas las civilizaciones entre medio. Esto los sicilianos los saben, se sienten orgullosos y lo transmiten.


Cómo llegar

Nosotros llegamos a Palermo en ferry desde Napoli (como recomendé en el post de Napoli[+]) y debo agregar que llegar en ferry te deja en una excelente ubicación. Cuesta lo mismo que el tren pero es mucho más cómodo, porque puedes ir durmiendo en las literas y con baño privado con ducha.

También se puede llegar en tren, porque hay otro ferry, que cruza entre el continente y la isla, el cual transporta el tren completo. La estación de trenes está un poco más alejada de los principales puntos de interés turístico, pero sigue siendo una distancia que se puede recorrer caminando.

Si se llega en avión, hay buses entre el aeropuerto y la estación de trenes. Los pasajes se pueden comprar antes en algunas tabaquerías y también en el mismo bus (cuesta lo mismo en ambas partes). El bus tiene además varias paradas, entre ellas la más importante es la Piazza Castelnuovo.

Esta plaza es el epicentro turístico de Palermo, ya que es donde se ubican los hoteles y las tiendas más caros de la ciudad, se toman los buses hacia los alrededores de Palermo y está la mejor heladería de la ciudad.

Cómo es Palermo

Palermo es una ciudad grande, pero el centro, donde están los puntos de interés, se puede recorrer caminando.

Las calles y los edificios transmiten historia a medida que se camina. Me pareció un poco similar al centro de Buenos Aires, donde se nota que hubo riqueza y quedó plasmado en los edificios, pero el descuido que se tiene con ellos invita a sentir nostalgia aunque uno no haya conocido el esplendor.

Leí algunas descripciones de Palermo que se podían resumir en "decadencia seductora", pero en mi opinión Palermo no está en decadencia. Son los mismos edificios de hace 80 o 100 años, pero fueron tan bien construidos que no se caen a pedazos.

Los únicos edificios que se cayeron a pedazos, son los que recibieron bombardeos durante la segunda guerra mundial o en los que se realizaron atentados de la antigua mafia en contra de las autoridades "del norte". El descuido entonces se nota en que aún están así, con la herida abierta y nadie repara nada.

Por otra parte, hay otros edificios que se mantienen magníficos. Entre ellos destacan dos teatros: el Teatro Massimo y el Teatro Politeama Garibaldi.



Para terminar la descripción de la ciudad, también hay que incorporar una segunda repasada a Palermo pero de noche. Se nota que invirtieron tiempo y plata en iluminar la ciudad, porque los cálidos farolitos tiñen las estatuas y edificios de color amarillo bohemio. Las siguientes son fotos de la solitaria Fontana Pretoria.





Pro Tip: La mejor calle para recorrer Palermo es la Via Ruggero Settimo (o Via Maqueda, ya que cambia de nombre), que va paralela a la costa desde la estación de trenes hasta la Piazza Castelnuovo, pasando por el Teatro Massimo, el Mercado, restaurantes y bares. Por esta misma calle se realiza la procesión de la patrona de la ciudad, Santa Rosalía en la noche del 15 de julio.

La comida Siciliana

Qué agradable sorpresa es comer en Sicilia. Comida "old school", es decir, esa que queda rica porque se hace con tiempo. La nona debió pasar un buen rato en la cocina para lograr que se mezclen todos esos sabores en los guisos y frituras que probamos. Describo los principales.

La caponata siciliana

Este es un guiso típico elaborado con berenjenas, tomate, apio, ajo, aceitunas y aceite de oliva. Variedades hay para todos los gustos, creo que el que nos sirvieron tenía además zuchino (zapallo italiano).


Todos los ingredientes van picados y cocinados a fuego lento para mezclar bien los sabores. La idea es que ningún sabor "se arranque" (ni la acidez del tomate, ni el particular sabor de la berenjena, o el de las aceitunas). De esta forma se prepara un plato que, según lo investigado, se puede servir de guarnición o como plato principal, frío o caliente.

A nosotros nos lo sirvieron frío, como acompañamiento a una rica tabla de embutidos.

Pro Tip: Fuimos a un restaurant excelente y no muy caro, donde servían la Caponata de la foto. Se llama Carlo V (esta es su página de Facebook[+]) y está muy bien ubicado (esta es su ubicación en Google Maps[+])

Lo que no estoy seguro, es cuál berenjena iba en el plato porque al día siguiente descubrimos que en el mercado hay dos tipos. La habitual que venden en Chile, y que he visto típicamente en el resto del mundo, y la tunecina, la cual es muy particular y muestro en la foto a continuación.

Cáscaras de papa fritas

Lea lentamente, no escribí: "cáscara de papas fritas". Esto es algo distinto, es la cáscara de la papa, que generalmente sobra, la que se fríe. Por eso: cáscaras de papa, fritas.

Lamentablemente no tuvimos oportunidad de probar esta maravilla, pero conocimos un tipo en un autobús que nos lo recomendó. Dijo que en Palermo no se desperdiciaba nada y su novia, extranjera, nos contó que al principio lo había encontrado extraño pero que le terminaron encantando... y que había subido 10 kilos en los 5 años que llevaba en la isla.

Los cannoli

"Leave the gun, take the cannoli" es una de las citas más recurrentes de la película "El Padrino". Sin embargo, nunca había probado uno y ni sabía qué eran.



El cannolo es una especie de barquillo, más oscuro, más duro, más dulce y un poco más aceitoso, que va relleno con una crema similar a la crema pastelera de los berlines, tal vez más suave y con más sabor a vainilla.

Lo que más me gustó, es que, al menos donde lo compramos, los cannoli estaban sin la crema en la vitrina y sólo la ponen cuando lo compras, para que esté fresca. En cambio, en el aeropuerto, está ahí listo hace 30 años. Recomiendo obviamente los lugares donde la sirvan al momento.

Los helados y granitos

Si bien en toda Italia sirven excelentes helados, en Palermo encontramos dos particularidades. La primera, de los helados, es que ya no basta con servirlos en vasito o barquillo. Acá se les ocurrió algo mucho mejor: servir los helados en brioche. El brioche es un pan, del tamaño de un pan de hamburguesa, pero dulce.


Si compras el brioche con helado, se pierde la timidez porque no hay límite de sabores que puedes poner en el pan. Yo pedí tres y paré porque no cabían más bolas de helado. A la mitad del pan con helado sentí que se me había congelado el estómago y el esófago. Cómo nunca me había pasado, seguí comiendo para ver si se me pasaba.



La segunda particularidad es respecto a los granitos, que son los granizados. En Italia también los venden, pero como en Chile, venden hielo y los tiñen con un jarabe. En Palermo me di cuenta de que esta forma de tomar los granizados es rasca. En Sicilia es granito es realizado a base de fruta, y está preparado en un congelador igual como tendrían otros helados. 
La variedad de sabores es bastante peculiar también: almendras, nueces, chocolate, nísperos y pistachos acompañan a los frutales de siempre: sandía, frutilla, mora o menta.

La arancina

Esta maravilla la probé por primera vez en Roma. Cuando pregunté qué era, me dijeron que era algo típico de Sicilia, así que me puse contento porque entonces iba a comer bastantes.

La arancina el una bola de arroz, que va rellena con carne (u otras muchas alternativas) y que se fríe en un rebosado de migas de pan. Se come caliente y, al menos yo, con la mano. Cuando vas en el segundo bocado el arroz se empieza a desgranar y se pierde la compostura, utilizas la otra mano para mantener la pelota ordenada y al final terminas con las dos manos y la boca sucia. Bueno, tal vez sea mejor comerlo en un plato.

Si hay un lugar para recomendar, seguramente es Ke Palle, Le Arancine d'Autore, en la calle recomendada para recorrer la ciudad, Vito Ruggero Settimo. Me da hambre sólo de mirar el sitio web[+].




Mini clase de italiano: El plural de los sustantivos masculinos, cambia la última letra por "i" (ejemplo, cannolo y cannoli). Para los femeninos, se cambia la última letra por "e" (ejemplo, arancina y arancine). Esto lo menciono porque leímos en algún brochure que por favor lo pronunciemos bien, ya que odiaban cómo los estadounidenses decían "arancini".

A Cosa Nostra

Otra cosa que leímos al llegar es que este es un tema sensible con los sicilianos. En resumen, la mafia existe pero no es algo que se vea a la luz del día ni de lo que los habitantes de Palermo se sientan orgullosos (a pesar de que la imagen de Marlon Brando como Vito Corleone está en cada esquina).

Específicamente en Corleone, hay un tour que es una especie de Museo de la Mafia, pero con propósito anti-mafia. El objetivo es que las personas que se interesen conozcan todo lo que pasó en Italia, los atentados, las autoridades lucharon contra la mafia conociendo el riesgo y que fallecieron como mártires. Lamentablemente no alcanzamos a ir por tiempo, pero volveremos.

Personalmente, lo más cerca que estuvimos de Corleone fue en el mercado, cuando vimos estos pomodoros corleone, supongo que de la zona, al que denominé "el tomate de la mafia".



Otra curiosidad, que leímos pero no vimos, es que algunas tiendas ponen un adhesivo en sus vitrinas indicando específicamente que no pagan tributo alguno a la mafia. De esta forma, invitan a la gente a preferirlos con respecto a otras tiendas. Cada uno queda en libertad de pensar si esto es verdad o justamente un truco publicitario de la Cosa Nostra.

La playa de Mondello

Bienvenidos a la mejor playa que fui en Italia. Es cierto que las otras playas eran con aguas cálidas y transparentes, pero la arena es un punto muy importante y que estaba pendiente en todas las playas antes visitadas.



Mondello reúne todo lo bueno que puede tener una playa. Arena, color y temperatura del agua, vista, extensión, servicios complementarios, etc. Definitivamente una visita obligada, al menos en el verano.

El único inconveniente, al menos el día que fuimos, fue el transporte. Hay buses locales que te llevan a la misma playa desde el teatro Politeama, sin embargo van llenos y la vuelta es peor. Nada muy distinto al Transantiago en sus peores días, pero por lo mismo, muy desagradable. Aún así, vale la pena.

El valle de los templos (griegos)

Otro punto que dejamos pendiente fue una visita al valle de los templos. Me refiero a los que están cerca de Palermo porque hay más cerca de Catania y Siracusa.

Informo de todas formas algunos datos que pueden servir de utilidad. Desde la estación de trenes salen buses y trenes, cada hora, hacia Agrigento. Desde ahí se puede tomar un taxi o transporte local hacia la entrada de los templos.

Entiendo que el tiempo de viaje desde Palermo a Agrigento es de 2,5 horas, sujeto a los habituales trabajos en las carreteras, por lo que perfectamente se puede hacer una visita por el día. Recuerdo, sin embargo, que los últimos buses y trenes de regreso eran relativamente temprano, al rededor de las 18 hrs, por lo que recomiendo salir temprano.

Como no alcanzamos a ver los templos griegos en Sicilia, tuvimos que ir al origen ¡Nos vemos en Atenas!



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