sábado, 25 de julio de 2015

Comiendo Acarajés en Salvador de Bahía




Fue la primera capital de Brasil y es famosa por ser la principal fuente cultural del país. Al hablar de cultura me refiero a la música, el arte, la comida, la escritura. Esto no lo inventé yo, lo leí. Parece que en Wikipedia.



Contextualizando, viajamos a Salvador porque queríamos conocer la famosa cultura bahiana. Nos dijeron que habían playas muy bonitas en Morro de Sao Paolo, a dos horas en barco desde Salvador. Sin embargo, los días no nos acompañaron y, dado que se pronosticaban lluvias, decidimos quedarnos en Salvador.

Así fue como partimos conociendo la parte de la cultura que más me gusta: la comida.

El Acarajé

Nos recomendaron los restaurantes típicos bahíanos, que son los "Caranguejos", y sin saberlo pedimos uno de los platos característicos del lugar: acarajés. El acarajé es una bolita de masa que se fríe como una escalopa. Es salada, pero no tanto. La verdad es un poco fome, pero explicaré el por qué, según yo.

Si bien se puede comer solo, en general el acarajé es un plato y lo sirven, en casi todas partes, acompañados por una porción de camarones ahumados salteados (los brasileros se los comen con cáscara, todo menos la cola), una ensalada de tomate, cebolla y apio, todo picado fino (parece que se llama caruru), y un puré maravilloso, que se llama Vatapá. Para equilibrar estos sabores fuertes, el acarajé encaja bien en el plato.

Paseando por Salvador de Bahía

Moverse en autobús por Salvador es fácil. De hecho utilizamos, casi siempre, el mismo autobús: el n° 1001 rojo. Nos ayudó mucho que sea rojo porque es más fácil divisarlo y hacer que pare. En general los autobuses pasan muy rápido y tienen los letreros al costado, así que cuando alcanzas a leer para donde va, el bus ya partió.

Este autobus va desde el aeropuerto y se va bordeando la costa de Salvador, desde la parte este pasando por Río Vermelho, Barra y Victoria, hasta llegar al Pelourinho, en la costa oeste. Lo mejor es que hace el mismo recorrido en sentido inverso. Cada pasaje por R$3 y hay que subirse a la micro por atrás y pagar al "cobrador humano". Si uno va con maletas hay que pedirle que abra la puerta del medio y después volver a pagar.

Se puede ir caminando desde Barra hasta el Pelourinho en unas tres horas. El siguiente es el recorrido que hicimos:

Comenzamos desde la costa de Barra, que es muy bonita y tiene una pequeña playa para los que quieran tomar sol. Siguiendo por el camino costero se pasa por un cementerio que tiene enterrado a los ingleses que llegaron a Salvador de Bahía. Es bastante anecdótico porque en cada tumba tiene indicado el motivo de la muerte. Casi todos, y de todas las edades y género, muerieron por la fiebre amarilla. Menos mal que fuimos vacunados.

Pasando este cementerio el barrio se pone más elegante. Es el barrio de Victoria, que tiene como curiosidad el que los edificios sean temáticos: Edificio Barcelona, decorado como el Park Guell; Edificio Andy Warhol, etc.

Después la zona se vuelve más pintoresca y comercial, con ferias de frutas y verduras y algunas picadas para comer. Finalmente se llega a la plaza donde está un elevador famoso que te lleva al Mercado. En el mercado sólo se venden artesanías de la zona. Si no se quiere comprar, no es muy bonito como para visitarlo.

De vuelta, por el mismo elevador, se llega al barrio Pelourinho.

El Pelourinho


Otra parte importante de la cutura bahiana está radicada en el centro de Salvador, conocido como el Pelourinho (o simpmlemente Pelo). Está convertido en una zona completamente turística, donde destacan tiendas de ropa, souvenirs y algunos restaurantes.
El barrio es muy colorido y está en el ranking de los 20 barrios más bonitos de América Latina.

Nosotros llegamos el 24 de Junio, día siguiente a la noche de San Juan, que se celebra aquí con fuegos artificiales durante la noche. No alcanzamos a ver los fuegos pero todas las calles del Pelourinho estaban decoradas con banderas de colores, dándole más color aún.

Respecto a la seguridad en Salvador, no puedo decir que es peligroso porque no nos pasó nada. Pero hay sectores que dan susto. En el hotel nos recomendaron no caminar fuera después de las 22 hrs, y eso que era uno de los barrios buenos. Lo que nos pareció más inseguro fue en el centro, con grupos de jóvenes ociosos en las esquinas que te escaneaban al pasar.

La vida bohemia

Salvador es una ciudad sin lujos, ni de ropa, ni de autos, ni de actividades para la gente. Los restaurantes recomendados son muy simples, nada de mantel largo. Las zonas turísticas por la bohemia vida nocturna están en Río Vermelho, pero no vayan a pensar que es una especie de "Salvador Soho".

Mesas y sillas de playa se ubican en la vereda de la calle donde pasan los autobuses. La gente pide cerveza en el local dueño de la mesa y para comer lo acompaña con el acarajé que se vende en un puesto en la calle. El bar también vende comida, pero no hay problema, todos hacen el mismo ritual.

La maní cocido

En este mismo lugar en Río Vermelho probamos el maní cocido en agua.

Si existiera una organización de los derechos de los maníes, seguro prohibiría esta práctica porque no me imagino peor tortura para un maní.

Pobres maníes, me da pena sólo acordarme. Te pasan un montón de maníes con la cáscara gruesa. Están secos pero se nota que sufrieron porque están pálidos y más blandos que lo normal. Al abrir la cáscara aparece lo peor. Cada maní está morado, como si se hubiera asfixiado, ahogado o tal vez se suicidó. Atrás quedó la apetitosa película colorada que cubre este maravilloso fruto seco.

Finalmente a la boca, sin expectativa, sólo termina de defraudar. Pasaron tanto rato en el agua que quedaron blanduchos e insípidos. Lejos quedó esa bolita crujiente y salada que le coqueteaba a los aperitivos.

Dónde dormir

Nos quedamos en el super hotel que se llama The Hotel, en el barrio de Barra. En verdad estaba muy bien. Habitación con todas las comodidades, muy moderno, bien atendido y bien ubicado. Ultra recomendado.

Eso es todo de Salvador. Acordándome de la comida me dio hambre, así que voy por un Souvlaki (estoy en la isla griega Milos! Sí, donde encontraron a la Venus... de Milo).







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